¿Es mejor correr rápido o hacer largas distancias para mejorar el rendimiento y la salud?

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El running se ha consolidado como una de las prácticas deportivas más populares en todo el mundo. Sin embargo, entre los corredores recreativos y profesionales surge una pregunta recurrente: ¿es más beneficioso para la salud y el rendimiento correr distancias cortas a gran velocidad o recorrer trayectos más largos a un ritmo moderado? Especialistas en entrenamiento y atletas de alto nivel han analizado los efectos de ambas modalidades, destacando sus ventajas, riesgos y recomendaciones para quienes buscan mantener un estilo de vida activo y saludable.

Beneficios de las carreras cortas: intensidad y adaptación rápida

Los 5 kilómetros representan, para la mayoría de corredores principiantes, el primer gran reto personal. Superar esta distancia implica no solo un logro físico, sino también un paso hacia la construcción de hábitos deportivos sostenibles. Entrenar para carreras cortas, pero a gran velocidad, tiene beneficios importantes para el sistema cardiovascular y neuromuscular, ya que exige alcanzar frecuencias cardíacas cercanas al máximo y desarrollar una gran capacidad de recuperación.

Los expertos subrayan que aumentar la velocidad en distancias cortas puede ser más exigente que correr trayectos largos y lentos. El esfuerzo intenso provoca una fatiga significativa en el sistema nervioso central y obliga a respetar periodos de descanso adecuados. No obstante, este tipo de entrenamiento mejora la potencia, la resistencia anaeróbica y la eficiencia metabólica, lo que convierte a las carreras cortas en una herramienta útil para quienes buscan mejorar su rendimiento general.

Correr 10 kilómetros: el punto de equilibrio entre velocidad y resistencia

La distancia de 10 km se presenta como un desafío intermedio que combina resistencia y estrategia. Para completarla de manera eficiente, el corredor debe aprender a controlar su ritmo, evitando comenzar demasiado rápido y agotarse antes de tiempo. En este tipo de pruebas, la intensidad suele mantenerse entre el 85% y 90% de la frecuencia cardíaca máxima, lo que permite fortalecer el corazón y los pulmones sin llegar al agotamiento extremo.

Según los expertos, una carrera de 10 km es ideal para aquellos que desean un entrenamiento desafiante pero accesible, capaz de aumentar tanto la rapidez como la resistencia aeróbica. Paralelamente, brinda la posibilidad de incrementar la motivación y sostener el progreso deportivo sin exigir al cuerpo intensidades prolongadas como las de un maratón.

Retos y demandas de la media maratón y el maratón

Las distancias largas, como la media maratón y el maratón completo, requieren un nivel de preparación física y mental mucho más riguroso. El cuerpo humano almacena carbohidratos suficientes para resistir entre 90 y 100 minutos de esfuerzo continuo; superado ese límite, resulta imprescindible reponer energía para mantener el rendimiento. Esto implica entrenar no solo la resistencia, sino también la nutrición e hidratación durante la carrera.

El entrenamiento para un maratón demanda meses de preparación, lo que puede generar un desgaste considerable. Aunque la recompensa psicológica al cruzar la meta suele ser intensa, las distancias largas conllevan riesgos como lesiones musculares, desgaste articular o desórdenes metabólicos temporales. Aun así, la preparación fortalece la capacidad pulmonar y cardíaca, mejorando la eficiencia energética del organismo.

Riesgos y recomendaciones para corredores recreativos

Los expertos están de acuerdo en que no es necesario viajar largas distancias para mejorar el bienestar físico. Participar en maratones puede ser beneficioso, pero no todos los corredores deben enfrentarse a tales desafíos físicos. Para aquellos que desean mejorar su salud general, mezclar carreras cortas y enérgicas con distancias medias podría ser lo ideal.

Cambiar entre carreras de 5 km a gran velocidad y ejercicios de 10 km a un paso más tranquilo semanalmente ayuda a conservar un equilibrio sano, maximizando las ventajas para el sistema cardiovascular y disminuyendo las posibilidades de lesiones. Así, correr se transforma en una actividad mantenible, apta para diversos modos de vida y metas individuales.

Por: Pedro Alfonso Quintero J.

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