Alerta de la NASA por anomalía magnética en crecimiento en Argentina

https://media.ambito.com/p/e6dc9812b7991ab562accb3af9c061af/adjuntos/239/imagenes/042/589/0042589433/anomalia-nasajpg.jpg

La NASA ha emitido una alerta sobre la expansión de una anomalía magnética que afecta el territorio argentino y sus alrededores, un fenómeno que ha despertado interés y preocupación tanto en la comunidad científica como en sectores vinculados a la tecnología y la navegación aérea. Esta anomalía, que ya venía siendo monitoreada desde hace años, ha mostrado un crecimiento notable, generando un impacto directo en la interacción entre el campo magnético terrestre y el espacio circundante.

La región impactada abarca una amplia área que incluye porciones del centro y sur de Argentina, extendiéndose también hacia las zonas contiguas del océano Atlántico. La anomalía en el campo magnético, llamada técnicamente «Anomalía del Atlántico Sur», es una región donde la intensidad del campo magnético terrestre es notablemente más baja en comparación con la media global. Esto genera una mayor susceptibilidad a partículas solares y radiación cósmica, lo que podría tener consecuencias importantes para satélites, así como para sistemas de comunicación y navegación.

Especialistas de la NASA han señalado que el crecimiento de esta irregularidad se debe a modificaciones naturales en el núcleo externo del planeta, donde hay flujos de metales líquidos que producen el campo magnético. Estas modificaciones afectan la configuración, la ubicación y la fuerza del campo magnético, provocando fluctuaciones que resultan en zonas de debilidad como la que actualmente se detecta sobre Sudamérica.

Este fenómeno no es nuevo, pero su crecimiento y desplazamiento hacia el este han aumentado su relevancia, particularmente porque afecta la seguridad y el desempeño de tecnologías espaciales y aeronáuticas. Las compañías de satélites y agencias espaciales deben tomar precauciones adicionales para proteger sus equipos, dado que en esta zona las partículas cargadas del viento solar penetran con mayor facilidad, pudiendo dañar circuitos electrónicos y afectar la precisión de los instrumentos.

En el ámbito aeronáutico, las rutas de vuelo que cruzan la región también se ven afectadas, ya que la anomalía puede provocar interferencias en los sistemas de navegación por satélite, obligando a las compañías aéreas y controladores a ajustar procedimientos para garantizar la seguridad de las operaciones. Se requieren protocolos especiales para vuelos transoceánicos y de larga distancia que atraviesan esta área.

Además, esta expansión podría influir en la precisión de las brújulas magnéticas utilizadas en diferentes aplicaciones terrestres y marítimas. Por ello, las autoridades y organismos responsables están actualizando mapas y sistemas de referencia para compensar estos cambios y minimizar posibles errores en la orientación y el posicionamiento.

Investigadores de varias instituciones científicas, tanto en Argentina como en el extranjero, están intensificando el estudio de esta anomalía con el fin de entender mejor su evolución y posibles impactos futuros. Se han instalado y mejorado redes de monitoreo magnético que recopilan datos en tiempo real, permitiendo un seguimiento continuo y una mayor capacidad de respuesta ante cualquier cambio brusco.

La anomalía magnética constituye un área relevante de investigación para la ciencia planetaria y la geofísica, puesto que contribuye a profundizar en los procesos internos del planeta y en las dinámicas del campo magnético que resguardan la vida terrícola de la radiación cósmica. Además, este saber es fundamental para prever eventos geomagnéticos extremos que podrían impactar las infraestructuras tecnológicas actuales.

Pese a que no se anticipan efectos directos en la salud humana por la anomalía, la inquietud se centra en las repercusiones sobre la infraestructura tecnológica esencial y la seguridad en sectores clave como las telecomunicaciones, la aviación y la exploración espacial.

En respuesta a esta situación, gobiernos y entidades privadas están reforzando la colaboración internacional para compartir información, desarrollar tecnologías de protección y diseñar estrategias que permitan mitigar riesgos. La coordinación entre agencias espaciales, empresas satelitales y autoridades nacionales es fundamental para garantizar la continuidad y seguridad de los servicios afectados.

Por: Pedro Alfonso Quintero J.

Entradas relacionadas