El alejamiento del vicecanciller Eduardo Bustamante reafirmó una tendencia que se estaba solidificando en el Ministerio de Relaciones Exteriores: el fortalecimiento del grupo más próximo a la presidencia en el desarrollo de la política exterior y la paulatina marginación de personalidades asociadas a la diplomacia convencional. Este ajuste no solo implica una alteración de nombres, sino también una clara orientación hacia una Cancillería con enfoque comercial y alineada con las prioridades políticas del gobierno actual.
Bustamante, diplomático de carrera con trayectorias en Angola, Pakistán y Uruguay, tomó posesión del cargo en octubre de 2024, sucediendo a Leopoldo Sahores. Su enfoque técnico y discreto le permitió seguir en sus funciones incluso cuando llegó un nuevo canciller, aunque con el tiempo su capacidad de acción se fue reduciendo. Fuentes diplomáticas aseguran que últimamente no realizaba decisiones importantes y su papel se limitaba a tareas protocolares.
Su salida formaliza un proceso que comenzó con la remoción de la ex canciller Diana Mondino, tras una votación en Naciones Unidas que desató tensiones internas. A partir de ese momento, el área quedó bajo mayor control de la Secretaría General de la Presidencia, liderada por Karina Milei, quien promovió una reestructuración enfocada en reforzar la dimensión comercial de la política exterior y eliminar figuras asociadas al anterior armado de gobierno.
La táctica conlleva a una mayor participación de individuos con experiencia en el ámbito empresarial o con conocimientos técnicos en el comercio internacional. La Cancillería, tradicionalmente liderada por diplomáticos de carrera y expertos en relaciones internacionales, empieza a transformarse con la inclusión de funcionarios provenientes del sector empresarial y con vínculos políticos con la administración actual.
El canciller Gerardo Werthein, empresario con fuerte trayectoria en el ámbito privado y representación institucional, simboliza esta nueva etapa. Su designación marcó el inicio de una serie de cambios en cargos claves, con la incorporación de dirigentes ligados al oficialismo libertario y a sectores empresariales. En ese esquema se destacan nombres como Fernando Brun, quien asumió la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, y Luis María Kreckler, designado para tareas estratégicas en comercio e inversiones.
Simultáneamente, se promueve una red de delegados con el objetivo de captar inversiones internacionales y fomentar pactos bilaterales enfocados en intereses económicos. Esta perspectiva de «delegados comerciales» obedece a una concepción que ve la diplomacia como un instrumento para el crecimiento económico, en vez de como un medio de creación política multilateral.
Desde distintos sectores del cuerpo diplomático se observa con preocupación esta transformación. Advierten que el desmantelamiento de estructuras históricas y la pérdida de espacios de decisión por parte de los diplomáticos de carrera puede tener consecuencias sobre la capacidad del país para sostener una política exterior sólida, profesional y coherente. También se señala que el creciente peso de las decisiones políticas y la centralización del poder en manos de la Secretaría General genera tensiones internas.
La figura de Karina Milei, con fuerte ascendencia sobre las designaciones en áreas sensibles del Ejecutivo, es central en este proceso. Su intervención directa en temas diplomáticos —hasta ahora reservados a funcionarios con trayectoria en relaciones exteriores— marca una nueva dinámica en la administración pública, donde la cercanía al poder y la lealtad política adquieren un peso determinante.
La partida de Bustamante deja el puesto de vicecanciller libre y marca el inicio de una fase de importantes decisiones para el Palacio San Martín. La duda es si se acentuará la dirección actual o se intentará encontrar un balance con los sectores tradicionales del servicio exterior. Por el momento, todo sugiere que el enfoque comercial y políticamente acorde con la Casa Rosada continuará estableciéndose como el nuevo pilar de la diplomacia argentina.