El Gobierno facilita la ciudadanía argentina a inversores extranjeros con grandes inversiones

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El gobierno argentino oficializó un nuevo régimen de acceso a la ciudadanía pensado para atraer inversiones extranjeras. A través de un decreto publicado recientemente, se reglamentó la concesión de la nacionalidad a personas que realicen inversiones calificadas como relevantes, sin necesidad de cumplir con el tradicional requisito de dos años de residencia previa en el país. Esta medida se enmarca dentro de una estrategia más amplia de fomento económico impulsada por la administración nacional, que busca dinamizar la economía mediante la llegada de capitales foráneos.

El decreto crea un marco normativo para la figura del “ciudadano por inversión” y establece los procedimientos y organismos encargados de la evaluación de las solicitudes. La Dirección Nacional de Migraciones tendrá la última palabra sobre la concesión de la ciudadanía, pero lo hará tras recibir un informe técnico elaborado por la nueva Agencia de Programas de Ciudadanía por Inversión, que será el organismo responsable de analizar las propuestas presentadas por los interesados.

Esta agencia, que funcionará de manera descentralizada bajo la órbita del Ministerio de Economía, será la encargada de recibir y evaluar las solicitudes, verificar la documentación, y emitir una recomendación fundada respecto a la pertinencia de otorgar la ciudadanía al solicitante. La Dirección de Migraciones, a partir de ese informe, tendrá un plazo de 30 días hábiles para expedirse.

La normativa no establece montos específicos ni tipos de inversión definidos como requisito. Sin embargo, deja en manos del Ministerio de Economía la determinación de los criterios para calificar una inversión como relevante. Se espera que estos lineamientos prioricen iniciativas que promuevan el desarrollo productivo, el empleo y la innovación tecnológica, así como la radicación de capitales en sectores estratégicos.

A diferencia de otros regímenes tradicionales, en este caso no será necesario que el solicitante haya residido en territorio argentino por un período determinado. Este punto representa un cambio sustancial en la política migratoria del país, que históricamente ha exigido al menos dos años de residencia continua para acceder a la nacionalidad.

El reciente plan ha suscitado varias opiniones. Los empresarios han elogiado la iniciativa, viéndola como un incentivo real para invertir y una forma de destacar a Argentina como un lugar interesante para la inversión extranjera. Por otro lado, grupos relacionados con los derechos humanos y la migración han expresado preocupaciones sobre la justicia del sistema, ya que creen que establece un acceso preferencial a la ciudadanía basado únicamente en el nivel económico del solicitante.

Igualmente, se han manifestado opiniones que llaman la atención sobre la importancia de establecer controles estrictos para impedir que esta herramienta se utilice con intenciones deshonestas, como el blanqueo de capitales o la elusión tributaria, sobre todo en un entorno internacional donde los esquemas de ciudadanía por inversión han sido blanco de críticas y dudas en numerosas naciones.

Desde la administración, por otro lado, se ha respaldado la iniciativa como un instrumento contemporáneo y eficaz para mejorar la integración global del país, atraer empresarios e impulsar la economía tangible. También se destacó que las solicitudes se analizarán individualmente, con la intervención de entidades especializadas en seguridad, supervisión y verificación de antecedentes, tales como Migraciones, la Unidad de Información Financiera y la Dirección de Seguridad Interior.

El programa, que ya se encuentra en vigor, será implementado de forma progresiva. La Agencia de Programas de Ciudadanía por Inversión comenzará próximamente a recibir las primeras solicitudes, y se prevé que publique anualmente un informe con estadísticas detalladas sobre el desempeño del régimen, incluyendo sectores más activos y perfiles de solicitantes.

Con esta resolución, Argentina se incorpora al grupo de naciones que han elegido establecer sistemas de acceso a la ciudadanía asociados con la inversión, en un escenario mundial donde la lucha por atraer capital productivo se vuelve más feroz. El futuro mostrará si esta medida consigue transformarse en ventajas tangibles para la economía del país y en un balance adecuado entre liberalización económica y principios de equidad migratoria.

Por: Pedro Alfonso Quintero J.

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