La selección argentina de rugby se prepara para una nueva edición del Rugby Championship con la determinación de afianzar su papel como rival de peso frente a las potencias del hemisferio sur. El crecimiento del equipo en los últimos años es evidente: en sus primeras diez temporadas en el torneo, el conjunto sumó apenas seis victorias; sin embargo, en las tres más recientes ha igualado esa cifra, logrando triunfos que marcan un antes y un después para el rugby nacional.
Entre esos logros históricos se encuentran un triunfo en Nueva Zelanda, otro ante Sudáfrica —actual campeón mundial— y un impresionante 67-27 frente a Australia, que destacó no solo la potencia ofensiva del equipo, sino también su fortaleza táctica. Estos sucesos han llevado a Los Pumas a pasar de ser vistos como un participante en ascenso a ser considerados un oponente formidable para cualquier adversario.
Felipe Contepomi, seleccionador nacional, encara el torneo con una plantilla reforzada. Tras una serie de encuentros ante Inglaterra en los que se ausentaron varios nombres clave, regresan jugadores fundamentales como Juan Cruz Mallía, Santiago Chocobares, Marcos Kremer, Bautista Delguy, Mateo Carreras e Ignacio Ruiz. También se reincorporan Tomás Albornoz, Gonzalo García, Franco Molina y Joel Sclavi, quienes brillaron recientemente frente a los British & Irish Lions. Esta mezcla de experiencia y juventud proporciona al equipo un equilibrio que será vital para afrontar compromisos de alto nivel.
Marcos Kremer, uno de los líderes del equipo, destaca que los avances recientes han fortalecido la mentalidad del grupo. De acuerdo con el jugador, el reto reside en superar la ansiedad y enfocarse en el juego, confiando en las habilidades que el equipo ha mostrado. Para Kremer, el desempeño del pack será crucial para liberar el potencial ofensivo de los backs y así establecer diferencias frente a rivales de alto nivel.
El cronograma del torneo tiene desafíos significativos. Argentina iniciará su participación con dos partidos en casa contra Nueva Zelanda, un oponente al que ya logró derrotar como visitante, pero al que no ha logrado vencer en territorio argentino en más de cuarenta años. Después, se desplazará a Australia y más tarde a Sudáfrica para enfrentar a los Springboks en Durban. El cierre será único: un encuentro en Londres el 4 de octubre, marcando el primero del Rugby Championship que se juegue en el hemisferio norte.
Más allá del título en juego, esta edición del torneo tiene un valor estratégico adicional: es una instancia clave en la preparación para la Copa del Mundo de Rugby 2027. La competencia servirá para ajustar el plantel, perfeccionar sistemas de juego y medir fuerzas frente a los rivales más exigentes.
La selección argentina enfrenta este evento con un enfoque diferente al de temporadas pasadas. La mezcla de logros recientes, el retorno de jugadores fundamentales y un conjunto de futbolistas habituados a competencias importantes proporciona al equipo una posición rejuvenecida. A pesar de que el respeto obtenido en la cancha es ya palpable, la meta ahora es avanzar un nivel más y convertir esa valoración en un miedo tangible para sus oponentes.
Con la mira puesta en la consolidación, Los Pumas buscarán no solo sumar victorias, sino también seguir construyendo una identidad competitiva que les permita llegar a 2027 como una de las selecciones más completas y respetadas del panorama internacional.