Las estimaciones económicas dadas a conocer por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) mediante el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) sugieren que la inflación de julio alcanzará aproximadamente un 1,8 %. Este dato, a pesar de ser un poco mayor al promedio observado en los meses anteriores, indica una estabilidad relativa en el proceso de desaceleración de la inflación que comenzó después de los máximos inflacionarios del primer trimestre del año.
De acuerdo con las estimaciones del REM, los analistas esperan que la inflación mensual se mantenga en niveles similares durante los próximos meses. Para agosto también se proyecta un incremento del 1,8 %, mientras que septiembre y octubre registrarían una leve baja al 1,7 %. Noviembre se perfila como el mes con la menor variación proyectada, con una inflación del 1,5 %, para luego volver al 1,7 % en diciembre.
Estas estimaciones permiten prever que el año 2025 cerraría con una inflación acumulada del 27,3 %, cifra que representa una desaceleración importante respecto de los niveles alcanzados en 2024, aunque todavía por encima de los estándares internacionales. Para enero de 2026, el consenso proyecta que la inflación mensual bajará nuevamente al 1,5 %.
El informe también detalla la evolución esperada de la inflación núcleo, que excluye precios regulados y estacionales. Esta variable seguiría una trayectoria similar a la del índice general, ubicándose en el 1,8 % en julio y agosto, descendiendo al 1,7 % en septiembre y manteniéndose en ese nivel hasta diciembre, antes de caer al 1,5 % en enero del año siguiente. Este dato es seguido de cerca por los analistas ya que ofrece una señal más precisa sobre las tendencias subyacentes en la economía.
El comportamiento de la inflación durante julio se vio influenciado, en parte, por un leve salto en el tipo de cambio. Aunque este movimiento del dólar no fue abrupto, generó presiones sobre algunos precios, especialmente en rubros sensibles como alimentos. Según estimaciones privadas, el rubro de alimentos y bebidas mostró una aceleración que llevó la inflación semanal en ese sector a superar el promedio general.
En lo que respecta al tipo de cambio oficial, las proyecciones del REM indican una evolución ascendente, aunque moderada. Se espera que el dólar oficial promedie los 1.315 pesos en agosto y alcance los 1.405 pesos para fin de año. Esta evolución implica una suba acumulada del orden del 37,6 % interanual, superior a lo previsto por el gobierno en el Presupuesto 2025.
Además de las variables inflacionarias y cambiarias, el informe incorpora previsiones sobre crecimiento económico. Los analistas anticipan una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) del 5 % para el conjunto del año, aunque con una desaceleración del ritmo trimestral. El segundo trimestre habría cerrado con un crecimiento del 0,8 %, mientras que el tercero marcaría una leve moderación al 0,5 %.
En relación al mercado de trabajo, se prevé que la tasa de desempleo permanezca alrededor del 7,6 % en el segundo trimestre, sin cambios significativos comparado con los valores anteriores. Este índice sigue siendo una de las mayores inquietudes en el contexto económico presente, dado que muestra la lenta recuperación del empleo después de la crisis de los años pasados.
En el ámbito fiscal, las estimaciones indican un superávit primario para el sector público no financiero de 13,6 billones de pesos, lo cual implica una continuidad en la moderación del gasto estatal. Este logro sería crucial para preservar la confianza en la política económica y asegurar la estabilidad financiera.
En lo relativo al ámbito externo, se estima que las ventas al exterior llegarán a los 81.662 millones de dólares, mientras que las compras del exterior sumarán 75.115 millones, resultando en un saldo comercial beneficioso. Este contexto ventajoso sería crucial para fortalecer las reservas del BCRA y mantener la estabilidad del tipo de cambio.
El REM también incluye proyecciones sobre las tasas de interés. Se anticipa que para los depósitos a plazo fijo de individuos, la tasa efectiva anual (TAMAR) será del 34,85 % en agosto, con una tendencia a la baja que la reduciría al 29,5 % en diciembre. Este desarrollo estaría acorde con la desaceleración de la inflación y la meta gubernamental de afianzar una política monetaria coherente con la estabilidad de precios.